Cuando un coach se quiere certificar por ICF, el mayor escollo a menudo no son los “exámenes” que hay que aprobar; la grabación de la sesión de coaching que hay que presentar, o el test teórico, llamado CKA, que también forma parte del proceso de certificación.

¿Qué es entonces lo que convierte la certificación en una verdadera hazaña?

Para muchos es el procedimiento de la aplicación en sí: llegar a comprender bien los requisitos que ICF pide al coach y saber lo que tiene que reunir para empezar su solicitud. 

Es comprensible que sea un procedimiento algo complejo, porque se busca “unificar” a través de una certificación ACC, PCC o MCC a coaches procedentes de todo tipo de formaciones y niveles de experiencia a nivel mundial. Puntos de partida muy diversos para llegar a un lugar común y estandarizado. 

Por algún motivo, quizás por cómo está organizada mi cabeza, y un poco por mi preferencia azul en el modelo Insights Discovery…, a mí esos procedimientos siempre me han parecido claros como el agua. Tanto es así que tras muchísimas conversaciones individuales con coaches a lo largo de los años, ahora ya hago webinars gratuitos para ayudarles con las dudas que tienen en este proceso.

Vías de obtención de la certificación de ICF

Volviendo a la imagen de los puntos de partida distintos, para algunos el camino para obtener su certificación es recto y fácil, y para otros más largo y con curvas. Como si fuera a llegar a Santiago tras hacer el Camino – cosa que tengo pendiente, así que no hablo por experiencia – no es lo mismo para alguien que parte desde Oviedo que para un peregrino japonés o americano. ICF para esto tiene definidas tres vías distintas:

  • la Vía ACTP
  • la Vía ACSTH
  • la Vía Portfolio

El camino más complicado para llegar a certificarte es cuando te has formado como coach en un programa que no está acreditado por la ICF. En este caso, te corresponde la Vía Portfolio.

Es verdad que todo se facilita cuando tu formación cuenta con un sello ACTP o ACSTH, y tu programa de formación está basado en el modelo de competencias de ICF y ha recibido su aval. En este caso, ICF ya sabe de donde proviene el coach, y esto te hace saltar casillas.

La Vía Portfolio

Pero en realidad, no te dejes asustar si te toca hacer el camino más largo. La diferencia principal consiste en que debes aportar material del programa donde te formaste para demostrar que en él se cubrieron las Competencias Clave de Coaching de ICF. Es un poco más de trabajo, pero es perfectamente factible.

Para ordenar todos los requisitos de esta Vía Portfolio, he creado un Checklist para ayudar al coach a planificar su proceso de certificación paso a paso. Lo puedes descargar aquí. ¡Ánimo!

Además, te puedes apuntar al siguiente webinar, y participar en una conversación con otros coaches para compartir tu caso específico y recibir tips y trucos para certificarte.