Como coach hacemos uso de una gran variedad de herramientas de coaching que complementan la técnica de la escucha y la pregunta, para acompañar al cliente en su proceso de reflexión y cambio. ¿Pero cómo cambia cuando estamos haciendo coaching online?

Incluso antes del confinamiento por Coronavirus, muchos coaches ya realizaban procesos telefónicos u online.

En este momento, la transición de sesiones presenciales a una práctica virtual se ha convertido en una prioridad.

Aunque por su puesto este objetivo tiene más elementos a considerar, en este post explicaré cómo puedes hacer que las sesiones online sean amenas y transformadoras, aprovechando la riqueza de las herramientas de coaching que son fáciles de adaptar al formato de videoconferencia.

Es importante recordar que la estructura de la sesión seguirá guiando las fases por las que pasamos, igual que en las sesiones presenciales:

  • Reconectar con nuestro cliente y crear un espacio seguro
  • Acordar el objetivo de la sesión
  • Explorar el tema y hacer coaching a la persona
  • Crear un plan de acción para avanzar hacia su objetivo una vez terminada la sesión de coaching.

Todas las herramientas que voy a presentar se introducen en esta misma estructura.

Empezar a experimentar

Para la exploración del reto, hay algunas técnicas y herramientas que no requieren adecuación y por lo tanto son una buena forma para empezar a experimentar. En esta categoría encontramos por ejemplo las relajaciones, las visualizaciones, el uso de metáforas, los role plays, la visión futura, la exploración de valores y propósito, el trabajo con las creencias, el saboteador y las emociones, etc.

En el coaching online trabajamos con lo que somos capaces de observar. Requiere agudizar la escucha, porque nuestro campo visual se limita a lo que aparece en pantalla. Nos volvemos más sensibles a los cambios en el tono de voz o intonación del cliente, la expresión de la cara o gestos con las manos, las metáforas que utiliza, y también a la propia intuición. Sin embargo podemos no percibir algo importante. Por esto conviene acordar con el cliente cómo hacer que fluya la información entre los dos, creando una alianza especial para el entorno virtual: en ella suelo pedir su colaboración para que me verbalice lo que está sintiendo de forma proactiva, y que me haga saber lo que necesita en cada momento, porque posiblemente no me doy cuenta. También pido su permiso para “tomar la temperatura” más amenudo, contrastar mis intuiciones y para equivocarme en ellas.

Plantillas

Las herramientas que requieren una plantilla, como la Rueda de la Vida, el DAFO, el Escudo de Armas, etc, también son sencillas de introducir en el coaching online: las podemos enviar de antemano al cliente por correo electrónico, compartir a través de la plataforma virtual o simplemente pedir que las dibuje en un folio.

Cuerpo y espacio

¿Y qué hacer con las herramientas que requieren el uso del cuerpo o del espacio? Aquellas donde pidemos al cliente que se mueva por una figura en el suelo, camine por la sala, o se exprese con movimiento, por ejemplo la Estátua corporal, la Exploración de Perspectivas, la Diálogo de Voces, el Camino del Héroe, las Tres Posiciones Perceptivas, el Método Merlin, la Trampa, la Rosa de los Vientos, etc. Sería fácil descartarlas por “incompatibles con el medio”, pero es precisamente aquí donde surge la oportunidad de traspasar la barrera de lo virtual, e invitar al cliente a despegarse del ordenador para entrar plenamente en la experiencia de coaching:

  • Imagínate una línea recta en la habitación, ¿dónde empieza? ¿dónde termina?
  • Colócate en el lugar que represente tu situación actual.  ¿Dónde estás? ¿Qué ves?
  • Cámbiate a otro asiento. ¿Cómo es?
  • Elige un punto de referencia que represente tu situación deseada. ¿Qué has elegido?
  • Ponte de pie y muéstrame con el cuerpo cómo te sientes.

Al pedir al cliente que salga de su zona de confort, será muy importante liderar con el ejemplo: levantarnos primero, espejar y amplificar los movimientos del cliente, mostrar mucha curiosidad para que nos cuenten lo que nosotros quizás no estamos viendo, y retarle a aprovechar los recursos de su alrededor. Por su puesto, algunas de estas herramientas también se pueden trasladar fácilmente a una plantilla, para trabajarlas en papel.

Objetos

Como último punto, y uno de mis favoritos, recomiendo el uso de objetos. En su casa o oficina, el cliente tiene a su disposición una gran cantidad de materiales de oficina, objetos personales, cuadros, plantas, muebles, juguetes… Una fuente fantástica para hacer Configuraciones sistémicas, por ejemplo, para simbolizar hitos en un camino, ó inspirar Planes de Acción creativos. Además de dinamizar mucho las sesiones, por su valor simbólico los objetos del entorno personal tienen un gran poder de anclaje. Y quizás, siempre que mire por esa ventana, que pase por ese jarrón, o que se sienta en aquel sillón, se conectará de nuevo con el objetivo que trabajó contigo en la sesión virtual.

Ahora, os invito a jugar con todas las herramientas que os gustan, y hacer sesiones divertidas y transformadoras con vuestros clientes. ¡Me encantará escuchar vuestras experiencias!

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