Aprender de uno mismo: El diario de reflexión

En esta entrada os quiero hablar de cómo usar un diario de reflexión para seguir desarrollando como coach. Muchos coaches acostumbran tomar algunas notas durante las sesiones, o llevar un registro de lo que se ha trabajado con el cliente, las herramientas utilizadas y los compromisos acordados. Un diario de reflexión puede incluir esta información, que ayuda a mantener una visión global de un proceso a lo largo del tiempo, pero su valor añadido está en recoger la experiencia del coach más allá del contenido de las sesiones, tomando una meta-visión del encuentro con el cliente.

Momentos cumbre, cuál era estado emocional del cliente y cuáles fueron tus sensaciones personales, atascos y cómo actuaste en respuesta, cosas que te han llamado la atención, dudas que te han surgido e ideas para próximas sesiones, son algunos elementos que forman parte de la reflexión sobre una sesión.

Tomar distancia y detectar patrones

Llevar un diario de reflexión puede ser un requisito para obtener una credencial profesional en algunas organizaciones como la European Coaching and Mentoring Council (EMCC), pero también tiene muchos beneficios directos para nuestra efectividad como coaches.

En primer lugar sirve para procesar el encuentro con el cliente, articulando lo que llevamos dentro y confiándolo a un lugar al que podamos volver en otro momento. Es un pequeño hábito de autocuidado que descarga emociones y libera espacio mental.

En segundo lugar, las distintas entradas que vas haciendo permiten desvelar patrones en ti o en tu cliente que a veces son dificiles de detectar cuando estamos inmersos en la sesión. ¿Quizás hay temas o respuestas emocionales recurrentes? ¿Dónde suelen producirse los bloqueos o qué es lo que eleva la energía de este cliente? Las ideas que surgen a través de esta reflexión, siempre y cuando las ofrecemos sin apego a tener razón (!), pueden ser de gran valor para nuestros clientes.

Además, los posibles patrones que descubrimos en nosotros mismos son oro para potenciar nuestra capacidad como coach: ¿Qué dicen tus procesos más transformadores sobre la esencia de tu coaching? ¿Qué actitudes o emociones ves en ti mismo ante ciertos temas o tipos de clientes? ¿Cuando sientes gran frustración?

Plantearse estas preguntas a partir del material recogido ayuda a profundizar en lo que nos mueve y a veces obstaculiza en el fondo, y cómo influimos en las distintas dinámicas que vivimos con los clientes. Estas luces que se nos van encendiendo muestran el camino de aprendizaje personal y único que esta profesión nos está ofreciendo.

Así que cómprate un cuaderno bonito y escribe unas líneas sobre cada sesión que vas teniendo, y luego comparte tus aprendizajes con un colega o en tu grupo de supervisión. ¡Me encantará saber cómo te va con la experiencia!

Si quieres aprender a reflexionar sobre tu práctica para desvelar los procesos ocultos que interfieren en tus casos reales de coaching, en un entorno seguro y divertido, infórmate sobre el nuevo Grupo de Supervisión presencial para coaches con experiencia, o suscríbete a la newsletter para recibir información periódica.

Si estás interesado en recibir feedback sobre tu coaching, prepararte para la certificación y hacer un trabajo más transformador con tus clientes, apúntate a un Taller de Mentor Coaching para Coaches en Madrid.