En mi post anterior hablaba sobre cómo prepararse a nivel logístico para aplicar a la Certificación PCC de ICF via Portfolio: cómo hacer más fácil el proceso de conseguir las dos grabaciones de sesiones reales que hay que presentar. Este mes comparto con vosotros los elementos a los que hay que prestar atención para aprobar el PCC Assessment de la certificación ICF.

¿Cuáles son las claves para una sesión que cumpla con los requisitos del nivel PCC?

Independientemente de la escuela donde nos hayamos formado como coaches, cuyo modelo de fondo influirá en nuestra forma de hacer coaching (Coaching Dialógico, Coaching Ontológico, Coaching Co-Activo, Coaching for Performance, etc), existe una importante base común en las competencias principales que aprendemos como coaches. Las 11 Competencias Clave de Coaching de ICF, reflejan esta “base universal” para un coaching profesional y transformador, y lo más probable es que – aunque posiblemente con una terminología algo distinta – la mayoría de los coaches hayamos aprendido el oficio dentro de este marco teórico, sobre todo si el programa de formación cuenta con el sello de acreditación ACSTH o ACTP.

Siendo así, los puntos que os presentaré ahora serán para muchos un mero recordatorio de aquellos comportamientos de coaching que evidencian un claro dominio de las competencias clave. Pero lo que sí pretendo es ofrecer una visión más resumida que pueda servir de guía para reconectar con esta esencia común, recordar algunos buenos hábitos de coaching y tener un marco más sencillo y claro de lo que será evaluado por los examinadores de certificación ICF.


Demostrar el dominio de las Competencias Clave de Coaching a nivel PCC


  1. Establece una conexión profunda con el cliente para generar un espacio seguro

Para que nuestros clientes se puedan abrir, cuestionarse, soñar y superarse, la condición primordial es que se sientan completamente seguros en la relación de coaching. Las competencias 3, “Establecer confianza e intimidad con el cliente” y 4, “Estar presente en el coaching” recalcan nuestra responsabilidad de crear ese encuentro poderoso en el que puede surgir algo nuevo. El respeto hacia el cliente, acogerle como persona y no solamente como poseedor de un reto, el espacio que le demos, y el apoyo y reconocimiento expresado son elementos que contribuyen a crear sólidos cimientos para un trabajo transformador.

 

  1. Asegúrate de crear un acuerdo claro sobre el objetivo de la sesión

Si uno de los propósitos del coaching es ayudar a que nuestros clientes se hagan responsables de aquello que desean cambiar en sus vidas, cobrando consciencia y después tomando acción, debemos darle esa responsabilidad – y poder de decisión – también en la misma sesión de coaching. Remarcado en la Competencia 2, antes de empezar a profundizar, el coach tiene que ayudar al cliente a que identifique qué es lo que quiere conseguir en la sesión. Muchas veces no lo sabrá al principio, yo al menos como cliente necesito la ayuda del coach para ordenar mis ideas y bajar de la masa indefinida de pensamientos y emociones sobre un tema a una pregunta concreta y tangible. Un hilo claro del que empezar a tirar y que pone foco a la sesión. Explorar el significado que el reto tiene para el cliente e indagar en cuáles son según el cliente las claves para poder abordarlo ayudarán en ese proceso de aterrizar el reto de la sesión. Una vez acordado el objetivo, permita que tu cliente establezca unos indicadores de éxito. ¿Cómo sabrá al final de la sesión si lo ha conseguido? Esta pequeña vuelta de tuerca en realidad es un gran generador de responsabilidad: Decido mi objetivo, y mido al final mi progreso.

 

  1. Déjate guiar por tu cliente

Un elemento transversal a lo largo de las competencias es asegurar el protagonismo de nuestro cliente. Como coaches creamos el marco de la sesión y del proceso, dando forma al contenedor para la transformación del cliente. Para crear el contenido debemos ser aliados al 100%. Pedirle al cliente feedback sobre cómo va la sesión, dónde quiere explorar más, o qué está aprendiendo, permitirá al coach mantener en el foco la agenda del cliente y a darle su lugar legítimo como dueño de su proceso de coaching.

 

  1. Haz coaching a la persona y no solo al tema

Otro punto presente en varias competencias habla de la importancia de ampliar la consciencia del cliente sobre quien es, además de sobre el reto que trae a la sesión. Ayudar a que el cliente descubra más sobre si mismo es clave para encontrar nuevas formas de relacionarse con su reto. Estar atento a toda la persona y escuchar lo que está trasmitiendo más allá de las palabras (Competencias 4 y 5), hacer preguntas dirigidas a explorar su realidad y lo que tiene sentido para él, sus valores, emociones, pensamientos y necesidades (Competencia 6) y darle la oportunidad al cliente de verbalizar lo que está aprendiendo sobre si mismo (Competencia 8), así aprovechamos la capacidad transformadora del coaching para ayudar al cliente a desarrollarse como ser humano hacia su plenitud.

 

  1. Crea un plan de acción aterrizado

Al final de la sesión ayudamos al cliente a concretar lo que va a hacer para avanzar hacia su objetivo en la vida real, fuera de la sesión. La emoción del cliente a partir de una sesión puede en ocasiones parecer suficiente empuje para garantizar el éxito del plan de acción. Pero la experiencia nos dice que la realidad y los hábitos se imponen con facilidad… Por eso las Competencias 9, 10 y 11 nos instan a comprobar y reforzar el compromiso real del cliente con su plan de accion. No te conformes con los próximos pasos, sino explora recursos, aliados y obstáculos, para conseguir un ciclo de acción sostenible, y crea mecanismos que ayuden al cliente a responsabilizarse consigo mismo.

 

Siguiendo estas cinco pautas podrás evidenciar un dominio adecuado de las competencias requeridas para el nivel PCC cuando presentes tus grabaciones!

Un punto importante más: En un exámen se evalúa la competencia del coach, no el resultado del cliente. Se observará lo que el coach hace en respuesta a lo que el cliente le ofrece o le pide. Es decir, si el cliente ofrece repetidamente un objetivo, emoción, metáfora, etc, y el coach no lo recoge, esto evidencia una falta de respuesta del coach. Ahora si el coach desde lo que ha recogido invita al cliente a una reflexión, pero este no entra, no responde o no desea explorar en esta dirección, se considerará demostrada la competencia del coach.

El coach mentoring es el espacio ideal para analizar y evaluar tu nivel de performance en todas estas competencias. En una sesión de coach mentoring vas a tener el feedback de tu mentor para perfeccionar tu técnica, observarte a ti mismo sin presiones, practicar los puntos que te resultan más difíciles y mejorar tu efectividad.

Si quieres llevar tu coaching a otro nivel con el coach mentoring te puede resultar muy interesante el Taller de Mentor Coaching para Coaches que organizo periódicamente. Las horas de mentoring además te sirven para solicitar o renovar tu certificación con ICF.


Más información sobre las Competencias Clave de Coaching de ICF.

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